Entre el desorden del transito y las malas costumbres de la población concepcionera

Es justo y necesario opinar y comentar sobre este tema tan molesto para muchos pero que para la mayoría ya es "normal" y acaba aceptando sin chistar: el desorden del trafico.

Concepción, es una ciudad con un ambiente peculiar, que posiblemente no ocurre con otras ciudades del pais, desde las calles que estan en su mayoria en estado deplorable, la falta de señalización, el irrespeto hacia las reglas normales de transito, la comodidad y malas costumbres de la mayoría de los habitantes, la inconciencia e ignorancia de las leyes básicas del tránsito, conjuntamente con la falta de acción de las autoridades que tienen el deber inevitable de corregir estos vicios.

El continuo crecimiento del parque automotor y aumento cada vez mayor de los biciclos es motivo de que la gestión administrativa tradicional no es suficiente para solucionar este problema y debemos buscar otras soluciones que consigan ayudar a reducir los problemas del tráfico en nuestra ciudad.

Todos los días, vemos la intransigencia de muchos conductores que para empezar no conduce bien, se distrae con los celulares, entran en contramano, estacionan dobles en calles estrechas aparte de no estacionar correctamente, mal estacionamiento en las avenidas y frente a entradas de vehiculos, transita lento en las avenidas (a 10 km/h), casi como caminar) en calles pavimentadas y de andar continuo, uno debe ir al ritmo del que va adelante porque no deja pasar a nadie, poniendose en el medio de la calle sin respetar las velocidades de los carriles.

Es claro que el tráfico se ha convertido en uno de los mayores problemas a resolver por las administraciones locales y mejorar el aspecto de la ciudad. La congestión de las calles es un gran reto para todas las ciudades y rutas de todo el país, causando a los habitantes y al estado uno de los mayores riesgos en salud pública que son las incapacidades fisicas y muertes que ocasionan este flagelo. Ni hablar de las grandes pérdidas económicas que ocasionan a los accidentados y a los hospitales del país.

Estoy convencido en el presente de que el ordenamiento y  la estética de una ciudad puede comenzar con el ordenamiento de su tránsito vehicular (aparte de mejorar la transitabilidad de las calles y avenidas), para lo cual se debe empezar haciendo cumplir estrictamente las normas, incluyendo medidas mas severas que el solo "educar a la gente". Este es un punto álgido entre nosotros porque con medidas sencillas y constructivas, pero con el imperativo de hacer cumplir las normas de tránsito, se puede salvar una cantidad enorme de vidas humanas anualmente. 

Y esto depende fundamentalmente de las autoridades municipales encargadas, por ello este vocero en nombre de los ciudadanos bien intencionados, deseosos en estar en ambientes correctos y ordenados, instamos a la Institución encargado de esta dificil cuestión, encabezado principalmente por el Intendente y los Concejales Municipales, a que tengan a bien poner al tapete de las prioridades esto que es importante para toda la ciudad y la ciudadanía concepcionera a fin de poder empezar a cambiar las politicas y acciones dirigidas al mejor ordenamiento de la ciudad. 

Cristianismo: Mensaje de JesusCristo a Laodicea

Jesus el cristo (el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios) envió la carta a su Iglesia en Laodicea: Apocalipsis 3: 14-20


Laodicea era una ciudad antigua de Grecia, ñque se caracterizaba por ser una ciudad opulenta asiento de riquezas y banqueros, cuyos habitantes se jactaban de sus riquezas, pues casi todos eran ricos e independiengtes.
En el 61 antes de cristo les sobrevino un terremoto que destruyó casi toda la ciudad, y emergieron por sus propios medios, incluso rechazando la ayuda del gobierno romano, reconstruyendo su ciudad con sus propios recursos.
Así llegaron a ser el centro de la “moda”, ejemplo en la confeccion de ropas en gran cantifad que los vendian a muchos pueblos. Era tambien famosa por la calidad de sus médicos, muy famosos en la época, produciendo memorables medicamentos, especialmente los ungüentos y colirios que los exportaban a o todas partes.
Aca estaba una de las Iglesia de Cristo, para los que estaba dirigido el mensaje de Jesus.
Ap. 3:15-16
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Acá los reprocha por ser “ni frios ni calientes” o “tibios”. No amaban ni odiaban, no se apasionaban por nada, ni por lo bueno ni por lo malo, eran indiferentes.
Por ello estaban en peligro, y aca los advirtieron para arrepentirse antes que los “vomite”
El Señor no tolera la “tibieza”, que implica la indiferencia por las cuestiones espirituales, la falta de compromiso por las obras del Señor y la despreocupación por el crecimiento espiritual personal, frente al mundo actuar con indiferencia, sin poner su “granito de arena”. Frente a todo esto profesar un cristianismo mundano e indiferente, sin intervención, dejando de lado el aspecto espiritual.
Ap. 3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Ellos se sentían orgullosos y hasta soberbios por sus riqueza, de su posición social, de sus ropas, de sus medicinas.
Y esto era insensato y grave a los ojos del Señor. Nadie puede ser autosuficiente sin el apoyo del Padre.
Frente al Padre, este pueblo era pobre y falto de espíritu, estaban ciegos por el mnaterialismo.
Pero Jesus les “sugirió” el remedio, el camino a seguir.
La verdadera riqueza se puede encontrar en Cristo, mas preciosa que el oro o la esmeralda.
Ap. 3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Acá los exhorta a vestirse de “ropas blancas. Ellos estaban envueltos en ropas finas, pero desnudos espiritualmente.
Podemos entender de que la vidas y las almas de este pueblo eran una vergüenza, una ofensa al espíritu del Padre.
Es absurdo preocuparse por el cuerpo, vestirlos bien, cuando el alma se deja”desnuda” y no nos preocupamos en vestirlas y adornarlas con “ropa blanca”. De nada sirve si la vida no muestra los reflejos de nuestro espíritu.
La “ropa blanca” son las acciones buenas y justas de las personas. Asimismo “ungir de colirio los ojos” significa evitar andar en la vanidad de su mente, alejandose del entendimiento verdadero, ajenos al mundo por ka ignorancia y dureza el corazon.
Jesús los llama al arrepentimiento y les promete una recompensa a los que venciere! Hará que se siente con el y el Padre en el “trono”.
El que tenga oidos que oiga!
Y el que los pueda usar su inteligencia lo comprenda!

Paraguay. La «ideología de género», la última desgracia de la Caja de Pandora

Estos días, preguntaba a los jóvenes sus intenciones de votos. Me llamó mucho la atención la respuesta de una en particular, me dijo: “yo voy a votar por Santi Peña, no porque sea buen candidato, sino es el único que defiende la vida y la familia”.




No sé de dónde habrá sacado eso, dado que el propio Santi Peña se había manifestado a favor del matrimonio igualitario (cosa que al entender de la gente atentaría contra la vida y la familia). Hago esta aclaración, dado que esto también es un tema de debate. Aclaro que tampoco voy a hablar a favor de la ideología de género, sino demostraré que hay falacias detrás de la misma y que son usadas como propaganda política y casualmente ahora (a días de las elecciones) recorren vídeos de dudosa procedencia de gente que ni se sabe quiénes son hablando desde el exterior advirtiendo del peligro con el que el país se debate. Y los mismos son aplaudidos en los grupos de capillas, de profesores, de familias, de asociaciones sin cuestionar como mínimo su contenido, sino en muchos casos aplaudiendo.

Recordemos que el tema de la ideología de género fue instalado desde un tiempo atrás y muy ligados a los grupos colorados, en especial los cartistas que de repente se interesaron demasiado por la vida y la familia, aunque sus prácticas de narcotráfico, contrabando, asociación terrorista, de malversación, de corrupción digan otra cosa.

Es muy interesante cómo funciona la psicología paraguaya que, con tan sólo escuchar las palabras “género y transformación” se transforman como si fueran hombres lobos en luna llena, perdiendo toda cordura y capacidad de diálogo. No debaten, atacan.

Puedo entender el amor a la familia y, a los hijos, el temor a que sus hijos sean mal orientados con relación a su sexualidad. Temen la perversión, como si fuera que en el Paraguay libre de ideología de género no se produjeran abusos a menores. Según fuentes de la propia fiscalía, se registraron 2.380 denuncias de abuso sexual infantil entre enero y agosto del 2022 y un total de 18.460 víctimas atendidas tan sólo desde el 2016, y hay que hablar de los casos reportados, porque se manejan datos de que los no reportados podrían ser más. No se produce la misma reacción como cuando el paraguayo escucha “ideología de género”.

El tema entró fuertemente cuando se discutía el Plan Nacional de Transformación Educativa. Desde ahí, se viene asociando la ideología de género con los objetivos del desarrollo sostenible de las Naciones Unidas denominada “Agenda 2030”. No importa que la misma hable de: fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria, innovación e infraestructura, reducción de desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistema, paz justicia e instituciones sólidas, alianzas para lograr los objetivos.

Es cierto que en el quinto objetivo habla de la “igualdad de género”, pero no hay modo de hacer entender a la gente que ahí se refiere a la igualdad entre varón y mujer y si uno revisa, realmente la preocupación se centra, por ejemplo, en las niñas que en algunos países son obligadas a casarte a temprana edad y no poder estudiar, diversos tipos de violencia contra las niñas y las mujeres, “A nivel mundial, 750 millones de mujeres y niñas se casaron antes de los 18 años y al menos 200 millones de mujeres y niñas en 30 países se sometieron a la mutilación genital femenina (MGF)” ( https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/gender-equality/)

Lo más simpático es que la ANR ha hecho poco en favor de la vida en los hospitales, donde las mujeres mueren de parto, o terminan pariendo en los pasillos, en el suelo y en todos los ámbitos donde la gente se debate entre la vida y la muerte.

Pero puede que mi lectura resulte limitada, entonces consulté a la tecnología de punta, Chat GPT 4, si la Agenda 2030 tendría la ideología de género como contenido y esta fue la respuesta:

No, esto es incorrecto. La Agenda 2030, también conocida como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es un plan de acción global adoptado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas en 2015 para erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos.

La Agenda 2030 no contiene una «ideología de género». En cambio, uno de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) es la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Esto significa que la Agenda 2030 busca abordar la discriminación y la desigualdad de género para lograr un mundo más justo y equitativo para todos.

La igualdad de género se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades para todas las personas, independientemente de su género. No tiene nada que ver con imponer una «ideología de género», sino con garantizar que todas las personas tengan las mismas oportunidades y derechos, independientemente de su género.

Igualmente, habían sostenido que la Agenda 2030 permitiría la pérdida de la patria potestad: Le consulté también y esta fue la respuesta:

No, esto es falso. La Agenda 2030 no tiene nada que ver con la patria potestad y no contiene ninguna disposición que pueda hacer que se pierda la patria potestad. La patria potestad es un concepto legal que se refiere a los derechos y responsabilidades de los padres en relación con sus hijos, y está regulado por las leyes de cada país.

La Agenda 2030 es un plan de acción global adoptado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas en 2015 para erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos. La Agenda 2030 se enfoca en el desarrollo sostenible y tiene como objetivo mejorar la vida de las personas, especialmente de las más vulnerables. Los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 se centran en temas como la erradicación de la pobreza, la igualdad de género, la educación, la salud, el trabajo decente, la energía limpia, la paz y la justicia.

Es importante verificar la veracidad de la información antes de difundirla, ya que la desinformación puede generar miedo e incertidumbre innecesarios.

Tengo la seria sospecha de que como la asunción de esta agenda implica parar con la economía extractiva, con la deforestación, el uso indiscriminado de agro tóxicos, los grandes poderes fácticos lanzan estas mentiras para que la gente dilate su aprobación, aunque es cierto que los gobernantes saben que tienen que firmarlos, por eso lo hizo Cartes, lo hizo Mario Abdo Benítez y lo hará quién resulte ganador este fin de semana, dado que la no aceptación de la misma implicaría en corto tiempo la imposibilidad de exportar carne, soja y otros productos que no hayan respetado los Derechos Humanos o las leyes ambientales a los mercados más apetecibles como lo son el europeo y el norteamericano.

Con referencia al título, con la ideología de género, la ANR logró encontrar, como lo hace Nicolás Maduro, presentar a un enemigo externo como la causa de todos nuestros males y no ellos, finalmente lograron mantener la atención de los paraguayos en la ideología de género y no en los problemas reales que son causa de muerte y de todo tipo de vejaciones.

Esto también, es gracias a todo lo que no hicieron por la educación donde tenemos 7 de cada 10 jóvenes de la secundaria que no entienden lo que leen, el promedio de educación de los paraguayos es de 9,5 años y con todas las precariedades. El 20% de los niños de 5 años no asiste al preescolar, el 25% de los niños no asisten al Tercer Ciclo, sólo 5 estudiantes de cada 10 culminan la secundaria en 12 años, faltan rubros para docentes de la Escolar Básica y la Educación Media, el 57% de los abandonos de la escuela se da por la distancia que hay entre la casa y la escuela (esto afecta especialmente a los pobres que no pueden pagar transporte o, como en el sector rural, simplemente no existe medio para trasladarse hasta la escuela). De las 7.105 escuelas oficiales del país, 45% necesita de reparación por motivo de peligro de derrumbe o mal estado, el mismo porcentaje requiere de sanitarios. Entonces, no culpo tanto al pueblo que asume consignas sin el mínimo de cuestionamientos sino fue preparado para reaccionar así, pero por suerte, la ideología de género es la última desgracia de la Caja de Pandora colorada.

Fuente: E’a

Esperando de la gente?

 Hoy quiero compartir uno de los consejos más obvios y acertados que he encontrado, pronunciándome un poco con eso que estoy de acuerdo.

“No esperes nada de la gente que no ve más allá de sus propias narices.”

Encuentro muchas veces muy difícil en ser una persona más empática con los demás, evidentemente depende de la conducta y personalidad de otras personas, que esta minada de hipocresía, malas costumbres, egoísmos, ideologías no tan lógicas con la corta vida que llevamos y por lo tanto con el mayor grado de responsabilidad hacia mi persona, debo ir eliminando de mis buenas costumbres y valores que me compromeí implementar para la edificación de mi espíritu.

Por eso encuentro fundamental, valorar a la gente “de verdad” y con todas las leyes “universales”, pero no hablo de leyes de los hombres que está plagado de defectos, lo cual me lleva a valorizar, en primer lugar, a los que tengo cerca, que son compatibles con todo lo dicho anteriormente, y tomar en cuenta a la gente que se interesa por mí y los míos.

De todo eso se toma fuerza para ser una mejor persona, no importa que la gente te trate como “cualquier cosa” o sean indiferentes a tus problemas. Sabemos que nunca vamos a ser buenos, lindos, inteligentes, o excelentes personas para todos, siempre habrá críticas y odios de otros, por la diversidad de ideologías, muchas veces equivocadas a mi parecer implantadas en este mundo.

Aun así, sigo teniendo fe en la humanidad y opino que existe gente buena ahí afuera, que en lugar de escupir toda esa intolerancia en un puñado de iras, lo va transformando en una bofetada de buenas acciones, oídos, voces y brazos reconfortantes.

Todos hemos escuchado dichos populares como: “Trata a los demás como a usted le gustaría ser tratado” o “No juzgues a otro hasta que haya caminado una milla en sus zapatos.” La idea es llevar esto acabo para poder ser un poco más pacientes y tolerantes con las personas de este mundo.

Todos tenemos problemas, siempre los vamos a tener. La idea es aprender a lidiar con ellos y encontrar “la solución” tomando como apoyo a la gente cercana y afines que muchas veces no vemos, poniendo de nuestra parte lo que podemos regalar para apoyar a los demas. 

PARA MI ESO ES AMOR! y nuestra Salud física y espiritual depende de ello.

Esperando me hayan leído, y por lo menos, suficientemente comprendido como para reflexionar un poco lo que quiero expresarles.

Dr. Ruben D. Cabral Guens

El Mercosur se dobla pero (aún) no se rompe

Con Uruguay negociando unilateralmente un tratado de libre comercio con China como trasfondo, la última reunión del Mercosur estuvo marcada por pocos acuerdos y muchas tensiones. Aunque se logró evitar la ruptura, la crisis no se limita a la orientación comercial: lo que está en juego, en realidad, es la propia identidad del bloque.


La LX Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), celebrada el 20 y 21 de julio pasados en el centro de convenciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), ubicado en Luque, Paraguay, estuvo marcada por la falta de acuerdos –el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, se negó a firmar el comunicado conjunto– y volvió a poner de manifiesto la crisis por la que atraviesa el proceso de integración en el Cono Sur.

El desdén del mandatario uruguayo tiene como trasfondo las negociaciones que desde hace unos meses viene llevando a cabo para firmar un acuerdo de libre comercio con China, aun cuando ello implique hacerlo por fuera del Mercosur. Como es sabido, la iniciativa despertó críticas en otros países miembros, sobre todo en Argentina y Paraguay (país que además no tiene relaciones diplomáticas con Beijing y sigue fiel a Taiwán). El gobierno brasileño, por su parte, oscila entre la indiferencia, el apoyo moderado (China es el principal destino de las exportaciones brasileñas) y una reticencia basada en motivos ideológicos: al final, Jair Bolsonaro, quien no asistió a la cumbre, siempre tuvo reparos en profundizar la relación con China. Por otro lado, el sector ultraliberal que lidera el ministro de Economía Paulo Guedes, aunque cada vez más relegado dentro del gobierno, mira con beneplácito todo lo que implique desarmar el proteccionismo del Mercosur y avanzar en acuerdos de libre comercio.

El punto neurálgico de la crisis del Mercosur está en las divergencias respecto de cuál es el perfil comercial que debe adoptar el bloque. Hasta hace poco, la disyuntiva pasaba por priorizar indiscriminadamente la apertura hacia nuevos mercados, aun cuando ello implicara desatender los vínculos económicos intrabloque o profundizar la integración entre los socios, protegiendo a los sectores económicos vinculados a la producción manufacturera y manteniendo la (imperfecta) unión aduanera. La gestación de este debate tuvo lugar hace poco más de una década, cuando se retomaron las negociaciones por el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Por entonces, el lenguaje de la integración pasó a estar marcado por metáforas como «flexibilización» y «distintas velocidades». Esto significa revisar el carácter proteccionista del bloque (reduciendo el Arancel Externo Común) y avanzar en el acuerdo con la Unión Europea, con la opción de que cada país se sume en diferentes momentos.

Pero en el último tiempo el debate por la orientación externa del Mercosur se fue corriendo en favor de las posturas «aperturistas». Ahora ya no se discute si priorizar o no las negociaciones externas con otros bloques, sino la forma de llevarlo a cabo: negociando todo juntos o habilitando la firma individual, por fuera del Mercosur. Incluso en Paraguay ya no cierran la puerta a un acuerdo comercial con China, siempre que se haga en bloque y que no implique condicionamientos políticos, por ejemplo, que Asunción asuma la política de «una sola China» y corte vínculos con Taiwán.

En términos normativos, habilitar que cada país pueda negociar de manera individual tratados de libre comercio –como postulan hoy el gobierno de Uruguay y un sector del gobierno de Bolsonaro– significa violar el tratado fundacional del Mercosur, cuyo objetivo final es alcanzar un mercado común y terminar definitivamente con la unión aduanera. En términos económicos esto tendría efectos directos sobre algunos sectores productivos, sobre todo argentinos y brasileños, que se verían obligados a competir con productos chinos que entrarían de forma indirecta sin pagar ningún tipo de arancel.

Una identidad en crisis

Los problemas del Mercosur, sin embargo, no se reducen a las tensiones comerciales. La crisis es, en realidad, mucho más profunda: lo que está en cuestión es la propia identidad del bloque. No por nada en los últimos años se fueron acumulando otros puntos de controversia, como la postura frente a la crisis venezolana y, más recientemente, las dificultades para coordinar acciones frente a la pandemia de covid-19.

En la década de 1980, periodo de gestación del acuerdo, el sentido aglutinante de la integración fue el de construir una relación de amistad entre Argentina y Brasil, en afianzar las democracias y en fomentar la interdependencia económica. En la década de 1990, la identidad del Mercosur se construyó sobre el objetivo de una inserción en la globalización y la consolidación de las reformas económicas de corte neoliberal. En los años 2000, durante la etapa de auge de los gobiernos de centroizquierda, el bloque se redefinió en términos de autonomía y amplió sus agendas y su estructura institucional más allá de lo económico-comercial. Tras el fin de la «marea rosa», a mediados de la década pasada, la llegada de gobiernos de derecha en países como Argentina y Brasil dio lugar a un «regionalismo abierto recargado», en el que se volvió a apostar por la apertura comercial y la inserción en la economía global.

Esa nueva identidad, sin embargo, tampoco se pudo plasmar, dado que los gobiernos de la región se encontraron con un escenario internacional que iba a contracorriente del discurso globalization-friendly: el Brexit, Donald Trump, la pandemia y, más recientemente, la guerra en Ucrania fueron minando las miradas optimistas sobre la importancia de consolidar las cadenas globales de valor y revalorizando, en cambio, la regionalización de la producción y el comercio. En ese sentido, no es casualidad que el comercio intra-Mercosur haya tenido un crecimiento en 2021, aunque el volumen alcanzado sea similar al logrado en 2014.

Pero para comprender la crisis de identidad del Mercosur hay que tener en cuenta otros factores de carácter estructural. Uno de ellos es el efecto «centrifugador» que produce China. Por un lado, al fomentar la bilateralización de las relaciones externas, dado que el gigante asiático ha demostrado que prefiere vincularse tête à tête con los países de la región cuando se trata de asuntos económicos. El hecho de que cada país sudamericano haya negociado por su cuenta la incorporación a la Iniciativa de la Franja y la Ruta es un claro ejemplo de ello (a nivel Mercosur, el único antecedente relevante de algún tipo de estrategia conjunta con China se remonta a 2012, cuando Argentina, Uruguay y Brasil firmaron el «Comunicado conjunto para el mejoramiento de la cooperación comercial y económica entre China y el Mercosur»).

Asimismo, la profundización del vínculo comercial con China ha modificado significativamente la estructura productiva de las economías sudamericanas, profundizando la especialización en bienes primarios y la disminución del comercio entre los socios del Mercosur, que pasó de 25% a fines de la década de 1990 a menos de 11% en 2021. Esto tiene, a su vez, otro efecto: el establishment en los países del Mercosur ha cambiado su fisonomía y, con ello, el tipo de integración que demandan los actores económicos dominantes.

Brasil es un caso emblemático: el crecimiento del agronegocio y los conglomerados rentistas transnacionalizados en la economía verde amarela –en detrimento de los grupos industriales volcados al mercado interno– ha aumentado las presiones para reducir el carácter proteccionista del bloque y reorientarlo como plataforma para exportar commodities hacia fuera de la región. En ese sentido, no es casualidad que la agenda del gobierno de Bolsonaro para el Mercosur se haya basado en tres ejes: achicar la estructura institucional (sobre todo, eliminando las instancias vinculadas a los temas sociales, ambientales y de derechos humanos), reducir o directamente eliminar el Arancel Externo Común y priorizar las negociaciones externas con países y bloques extrarregionales.

La postura de Uruguay tampoco es una novedad ni algo completamente disruptivo en su política exterior. Desde el punto de vista económico, en la dirigencia política uruguaya se ha consolidado un consenso respecto de que el Mercosur debe servir principalmente como un vehículo que facilite el acceso a nuevos mercados. En todo caso, las diferencias radican en si la condición es hacerlo vía Mercosur o si el camino solitario es una opción viable y deseable. «Siempre vamos a tener una pata afuera del Mercosur», sostuvo en su momento el ex-presidente José «Pepe» Mujica, referente del Frente Amplio Uruguayo y promotor de la Patria Grande desde sus tiempos de militante tupamaro.

Lula y la esperanza del relanzamiento

Con la elección que se avecina en Brasil, todas las luces están puestas en el posible retorno de Luiz Inácio Lula da Silva al Palacio del Planalto. Para muchos, esto alimenta las esperanzas de recuperar la política exterior «activa y altiva» de la época del Partido de los Trabajadores (PT) y relanzar (una vez más) el Mercosur.

El optimismo, desde ya, tiene sus fundamentos. De por sí, es de esperar que un gobierno de Lula da Silva busque revertir el aislamiento internacional, mejore significativamente la relación con Argentina y reactive la «opción sudamericana», como alguna vez dijo Marco Aurelio García para definir el eje de la política brasileña hacia la región. Esto podría incluir revivir la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o reconfigurar un nuevo organismo sudamericano, retornar a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y frenar toda iniciativa que implique debilitar todavía más el Mercosur. En todo caso, que se doble pero que no se rompa.

Otro punto que genera expectativas en caso de que Lula da Silva retorne a la Presidencia es el de un cambio en la agenda energética. Se trata de un tema clave tanto a escala regional como global. Es que las posturas negacionistas y antiambientalistas de Bolsonaro no solo han trabado los vínculos con Europa y Estados Unidos, sino que también dificultan incorporar el tema de la transición energética y las «inversiones verdes» en el plano regional de manera más asertiva.

Sumado a lo anterior, la salida de Bolsonaro puede acelerar la incorporación definitiva de Bolivia como miembro pleno del bloque (el trámite todavía no tiene la aprobación del Senado brasileño). Así como se pensó en su momento respecto de la inclusión de Venezuela, la entrada del país andino también abriría nuevas perspectivas para la cuestión energética. En el corto plazo, la guerra en Ucrania está llevando a las potencias occidentales a diversificar los suministros de energía tradicional, como gas y petróleo. Las declaraciones favorables de varios mandatarios europeos respecto de avanzar en la concreción del tratado Unión Europea-Mercosur no pueden entenderse sin el cambio de jugadores que significó la invasión rusa.

A mediano plazo, que Bolivia se convierta en miembro pleno es una oportunidad para negociar conjuntamente frente a China la comercialización del litio, considerando que América del Sur concentra casi 70% de las reservas globales de este mineral y que el país asiático es el principal comprador. Y, a largo plazo, se podría pensar en desarrollar un encadenamiento regional de industrias basadas en el litio.

Sin embargo, el escenario doméstico, regional y global en el que asumiría Lula da Silva dista de ser semejante a aquel de principios del siglo XXI, con un Brasil en ascenso, una burguesía comprometida con el proyecto de integración regional sudamericano y una región más cohesionada, aun cuando en algunos países gobernaban mandatarios de centroderecha. Las insinuaciones de que, aun con el ex-líder metalúrgico en la Presidencia, Brasil continuaría con el ingreso en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dan muestras de que el margen de maniobra para protagonizar la configuración de un mundo «postoccidental» ya no son las mismas para el gigante sudamericano. Lo mismo podría pensarse con el rol de las Fuerzas Armadas en el actual gobierno y la profundización de la cooperación con Estados Unidos. En este marco, difícilmente pueda recrearse algún tipo de instancia de cooperación en defensa a nivel subregional sin la sombra de Washington.

En definitiva, el Mercosur se encuentra en un proceso de redefinición identitaria, que se hace más visible a la hora de discutir la orientación comercial. En este marco, priorizar el avance en agendas no económicas puede ser una buena forma de desatar los nudos problemáticos y la falta de acuerdos que hoy caracterizan al bloque. Asimismo, los gobiernos y actores económicos deben comprender que no siempre los juegos son de suma cero y que apostar al mercado regional –aun protegiendo determinados sectores industriales– no necesariamente implica anular una mayor vinculación con países y mercados extrarregionales.

Fuente: Opinion de Alejandro Frenkel - nuso.org