Fin de la edad de oro de la socialdemocracia europea: huye de la autocrítica pese a su crisis

Pasó de gobernar en una gran parte de países a hacerlo solo en unos poco


Marine Le Pen, líder del FN francés, uno de los movimientos de derecha en auge. Imagen: Reuters

El declive de la socialdemocracia en la Unión Europea es patente. Pasó de gobernar en una gran parte de países a hacerlo solo en unos pocos. El problema es que tras la edad de oro del Estado de Bienestar que contribuyeron a establecer, estos partidos salvo excepciones no han hecho un ejercicio de autocrítica.

Un argumento que suelen utilizar los dirigentes es el de la supuesta falta de comunicación. Mas esto es una práctica común en la totalidad del espectro político cuando los resultados son adversos y que no explica este fracaso. Además de las derrotas electorales, la crisis se manifiesta en marcados descensos del número de afiliados. Un fenómeno que sufren todas las formaciones tradicionales aunque de manera especial los socialdemócratas fuertemente condicionados por las medidas de austeridad adoptadas por los gobiernos de la UE.

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¿Es la sustitución del ideario socialista por el denominado socioliberalismo, al que las bases culpan de políticas impopulares, la única explicación? Por socioliberalismo se entiende la incorporación del neoliberalismo en los partidos progresistas y socialdemócratas iniciado en EEUU durante la administración Clinton en los 90.

La aplicación de medidas económicas contrarias a su programa social supone en muchos casos un coste electoral importante y respaldo popular. Ello ha originado la aparición de nuevos partidos competidores y, sobre todo, ha llevado al auge de los populismos. Sin embargo, los partidos conservadores tienen que lidiar mayormente con los extremismos de derecha. La sangría de votos socialdemócratas en los últimos quince años ha sido más general y se ha dirigido hacia partidos más a la izquierda en países como España, Grecia, Alemania, Suecia, Finlandia, Holanda e Irlanda, o hacia fuerzas populistas y de extrema derecha como en Francia, Austria, Holanda, Dinamarca, Suecia, Eslovaquia, Finlandia y Alemania de forma incipiente.

Pérdida de apoyo obrero


Los análisis electorales revelan cómo el Frente Nacional se ha convertido en el partido más popular entre la clase trabajadora en Francia. El ultra Partido Popular danés obtiene más votos obreros que los socialdemócratas. Y el ultraderechista Partido de la Libertad de Austria también es ahora el principal partido obrero del país. Los líderes justifican el actual descalabro con el éxito que han tenido sus políticas. Este razonamiento asume que, con las mismas, la socialdemocracia trajo a Europa un gran bienestar. Convirtió la clase trabajadora en clase media y esta se ha ido haciendo conservadora.

Pero ¿han desaparecido las clases trabajadoras? En la mayoría de países europeos hay más personas que se definen como clase trabajadora que clase media. Y, curiosamente, en los países nórdicos y escandinavos con el mayor nivel de riqueza del continente esos porcentajes crecen. Por contra, a mayor cultura liberal, puede afirmarse que las clases pierden valor definitorio o se considera la clase media como mayoritaria. 

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En Europa, el socioliberalismo fue adoptado por el Nuevo Laborismo, etapa del laborismo británico bajo el liderazgo de Tony Blair con la ?Tercera Vía? como plataforma de centro diseñada para ofrecer una alternativa al capitalismo y al socialismo. Esta forma moderna del socialismo se desarrolló para presentar al partido como el camino intermedio pudiendo así atraer a los votantes de todo el espectro político. Blair fue influenciado por éticas y formas de socialismo cristiano y las usó para formar un socialismo moderno.

El actual líder, Jeremy Corbyn, estuvo sometido a fuertes presiones para dimitir tras el voto favorable a la salida del Reino Unido de la UE. Buena parte del llamado gabinete en la sombra dimitió por considerar que Corbyn no había dado pleno apoyo a la permanencia durante la campaña. La crisis abierta en la formación llevó a dos diputados laboristas a desafiar su liderazgo. En la nueva elección interna, Corbyn obtuvo casi el 62 por cien de los votos de los afiliados, un margen mayor que hace un año.
Giros liberales

El partido socialdemócrata alemán, SPD, viró igualmente hacia el liberalismo. Algunos incluso sostienen que a posiciones neoliberales. Esta crisis se incició antes de las turbulencias económicas internacionales cuando Gerhard Schröder impulsó el programa de reformas conocido como Agenda 2010 para reducir el coste del modelo social alemán y fomentar la actividad, que acabaron costándole la cancillería en 2005. Actualmente, el partido Die Linke, de izquierda, crece en la actualidad más que el SPD. Las políticas de Schröder fueron continuadas por el gobierno de Angela Merkel sin el desgaste que sí sufrieron los socialdemócratas, mientras las expectativas electorales del SPD siguen siendo escasas para septiembre del año próximo.

En Francia, el presidente socialista François Hollande se enfrenta a una derrota probable de dimensiones históricas en las presidenciales de mayo por la impopularidad ganada con la necesaria reforma laboral.

En Portugal los socialistas gobiernan liderados por António Costa, aunque perdieron las legislativas de octubre. Costa se convirtió en primer ministro gracias a un inédito pacto con la izquierda radical.

Fuente: 
POR MARCOS SUÁREZ SIPMANN El economista

MERCOSUR, con deterioro político y sin institucionalidad económica

Fernando Masi, en su artículo para la Revista Economía y Sociedad llamado MERCOSUR, con deterioro político y sin institucionalidad económica destaca que el Ministro de Economía del Uruguay, “Danilo Astori, dijo que el Mercosur sufre una crisis institucional, calificación que puede ser interpretada en el campo económico y en su dimensión política”.
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En el campo económico, Masi considera que “después de 25 años, el arancel externo común del Mercosur no pasa de ser una figura decorativa, sin aplicación en los países miembros . Lo mismo acontece con la armonización de normativas, de manera que no se puede hablar hoy de política comercial común en el bloque. Tampoco se ha logrado avanzar en la armonización macroeconómica, a pesar de que los países del Mercosur practican políticas macro mucho más maduras luego de las crisis económicas de 1999 (devaluación del real brasileño) y 2002 (fin de la paridad cambiaria argentina)”.

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En definitiva, “el Mercosur no es una unión aduanera imperfecta o una unión aduanera parcial como algunos gustan llamarlo. Es, simplemente, un área de libre comercio con muchas limitaciones porque la falta de armonización normativa hace que el comercio entre los socios enfrente constantes trabas para arancelarias. Así, paradójicamente, el Mercosur es un área de libre comercio con muchas dificultades para la creación de comercio”.

A todo esto se agrega que “Venezuela, nuevo miembro del Mercosur, presenta un manejo económico muy desordenado que es incompatible con el proceso de integración, que ha desencadenado una crisis económica y social en su territorio”.

En el campo político, para el autor “los acontecimientos de los últimos años en Paraguay, Venezuela y Brasil han restado credibilidad a la institucionalidad democrática del Mercosur. Si en los años noventa el Mercosur fue un actor clave para impedir la ruptura del proceso de transición democrática en el Paraguay , ya no pudo serlo en 2012. 

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Paises del Mercosur
A la suspensión de Paraguay en el Mercosur, por lo que se consideró un golpe parlamentario, siguió la entrada de Venezuela al bloque en condiciones de dudosa legalidad”. A todo ello “se ha sumado el proceso de juicio político al gobierno brasileño, basado en argumentos débiles y amañados, como resultado de la corrupción generalizada en la clase política del país líder del Mercosur; corrupción que afecta sobre todo a los miembros del principal partido político que hoy gobierna el Brasil”.

El experto concluye diciendo que “los socios del Mercosur deben repensar la integración regional y tener la audacia política de realizar los cambios que son necesarios para que el bloque funcione de un modo más realista. Pero, mientras persistan los desarreglos políticos y económicos en Brasil y Venezuela, el Mercosur seguirá quedando sin agenda y hasta sin presidencia pro tempore”.

Fuente: CADEP-PY