Muestra de Democracia

Por Carlos Martinez. 

Si los hombres todos nos propusiéramos a aprender esta bella palabra y por sobre todo a adentrarnos en ella, este País, en serio hubiera sido de maravillas. 
Pero de que DEMOCRACIA hablamos si todavía estamos con que nos creemos más jefe que el propio jefe. ENTENDAMOS, si tienes un cuate que es Cabo entonces te crees sargento, si capitán te crees coronel y así van las cosas, creo que me entienden. 
Entonces eso de DEMO (pueblo) CRACIA, llueve sobre mojado y aquí permítanme poner nombre y apellido y perdón por que lo voy a poner en mayúscula: 
SALUSTIANO ALMEIDA, Director del puerto de nuestra ciudad, que mantiene cerrado el portón de acceso al muelle o puerto, cuando por LEY no es de su propiedad, ni del puerto ya que dice 25 metros no podrá denominarse propiedad privada por ser de dominio público, costa de río, arroyo o naciente. 

Pero él se cree dueño absoluto de toda la extensión del terreno, le echa del lugar al administrador general de las cosas del pueblo (entre ellas el predio del puerto), el intendente municipal cierra con un gran candado el lugar(cercado) y la población ya no puede usar el muelle. 
Si alguien viene desde Chaco-i en búsqueda de sanidad o cualquier otra cosa tienes que darte vueltas muchos metros del pontón principal. Y eso porque al tal SEÑOR DON SALUSTIANO ALMEIDA se le antoja que así tiene que ser o así debe de ser. 
Además su grito de guerra “che ko'ape la amandava ha che ha'e va ojejapo va'era-upevara che la director ha che liberal ha che amigo la presidente de la República Federico Franco” 
Si esto es DEMOCRACIA yo les juro que estoy sentado en silla de un rey, a lo mejor habrá personas que digan pero por uno no se puede englobar, entonces recorran las instituciones públicas y vean cuantos haraganes están viviendo del erario público sin tener nada que ver con la profesión necesaria para el lugar, es más, algunos hasta nombrados aunque otros solo contratados. 
Por lo tanto si esto es DEMOCRACIA, yo prefiero cebollas si las papas queman.

La nueva etapa positiva 2013, una pócima que asegura el éxito!



Pues si para los mayas el pasado 21 o cuando fuese, comenzaba una nueva era, espero que para los que queramos, que en el próximo año, comencemos también una nueva etapa y no tanto una era, pues que sepan que es posible y por tanto alcanzable.

Suelo, siempre re-usar una frase conocida de un autor que siempre me olvido de su nombre y espero que me perdone, pero que resume un pensamiento pragmático de la vida, tanto profesional como personal, y es que sin duda, el Futuro puede predecirse, cuando quiere. Es decir, que la mejor fórmula para predecir tu futuro, es ni mas, ni menos que crearlo!!


En este articulo, de fin de año, no quiero hacer un resumen de lo que ha sido el 2012, ni mucho menos de las predicciones del 2013, porque repito e insisto, cada uno debe formulárselo, pero no obstante, si quiero aprovechar este medio de comunicación, que llega a muchos profesionales de este importante sector productivo y fabricante de nuevas ideas y aportes para el desarrollo sostenible y la conservación de nuestro medio natural, rural, cultural y social, recordarles y regalarles una actitud positiva para el próximo 2013 y que sepan afrontarlo con una nueva pócima, basada en la creatividad, innovación, emoción, inteligencia,….junto con un gran esfuerzo, individual y colectivo, par así conseguir la fórmula mágica, que podríamos resumirla en una gran Actitud Positiva y contagiosa.

Cuenten con ella y por favor súmanse y contágienla
Un muy cordial saludo y nos vemos en el 2013 !!!!

Autor: Arturo Crosby - equipo de Forum Natura

ES ESTE MI ULTIMO BLOG?

Escribo estas líneas muy tranquilo, pensando que pasaré estas fiestas como cualquier otro año.La ciencia me respalda: para el viernes 21 de diciembre no hay alerta alguna de desastre natural; no existe asteroide ni planeta que ose llevarse por delante a la Tierra, ni hay ninguna señal de un Apocalipsis como el que predice el libro de Juan en el Nuevo Testamento.
Y, sin embargo, hay todo un grupo de personas que creen que ese mismo 21 de diciembre el mundo se acabará.Lo creen firmemente, basados en una interpretación de uno de los calendarios mayas, el que registra la historia.
Este calendario de cuenta larga empieza con la creación mitológica y se divide en distintos ciclos. Uno de ellos es el baktún, que equivale a unos 394 años en el calendario solar. El 21 de diciembre se inicia el nuevo baktún.
Es precisamente este cambio de ciclo lo que ha dado pie a innumerables teorías y especulaciones sobre el final de los tiempos.Aunque científicamente insostenible, la convicción del apocalipsis es tan real que adquiere peso propio. Es innegable.

Gravita en la cultura: la idea del cataclismo está presente en internet, videojuegos, libros, programas de televisión por cable y películas de Hollywood como "2012", de Roland Emmerich.
En la red social Twitter, por ejemplo, el tema es trending topic.
Sabemos incluso de quienes han tomado decisiones importantes teniendo en mente el 21 de diciembre. Una colega colombiana, por ejemplo, nos cuenta que una empleada de su madre dejó el trabajo porque no quería estar atareada cuando llegara el fin.
A medida que se acerca la fecha fatídica, la bola de nieve se vuelve incontrolable. La NASA ha recibido tantas consultas respecto del supuesto Armagedón que se ha visto obligada a publicar una batería de material, incluyendo respuestas de sus expertos, para rebatir las teorías terminales.
"Nuestro planeta se las ha arreglado bien durante 4.000 millones de años, y científicos fiables de todo el mundo no conocen amenaza alguna asociada con 2012", insiste la agencia espacial estadounidense.

No obstante, en muchos casos -decía antes- la convicción de la cercanía del fin del mundo es tan imperturbable frente a la evidencia de los expertos que adquiere sustancia propia.
Y por lo tanto, en BBC Mundo creemos que debemos tener en cuenta la existencia de este fenómeno, tratar decomprenderlo, hablar de su costado comercial y de algunos grupos que sostienen las teorías apocalípticas, como los llamados Mayas Galácticos, y hasta permitirnos -por qué no- un juego interactivo: ¿qué haría usted el último día antes del fin del mundo?
Incluso el temido 21 de diciembre seguiremos informando sobre el tema.
Después de todo, estamos hablando de una manifestación puramente humana, que tiene bases profundas en dos obsesiones de nuestra especie: las fechas y el carácter cíclico de nuestro devenir.
Si no, tan sólo recuerden el ruido que hicieron los que pregonaban el caos informático o el acabose no hace mucho tiempo, en 2000, es decir a la vuelta del milenio.
Hace algunos años hablé de estos temas con Richard Landes, profesor de historia y director del Centro de Estudios Milenarios de la Universidad de Boston, en Estados Unidos.
Landes me dio una clave para entender la obstinación del ser humano con los finales: "Las expectativas apocalípticas son esencialmente psicológicas, porque el fin nunca ha llegado. Su verdadero impacto está determinado por las formas en que ejercitan nuestra imaginación".
Sea como fuere, mantendremos la calma esta semana, desde luego respetando las creencias ajenas. A no ser, claro, que la NASA se desdiga y nos haga pegar un susto de último momento.

Por: Max Seitz (BBC mundo)

La energía y la industria

Por: National Geographic

La energía y el agua están inextricablemente vinculadas. El agua genera electricidad, pero la otra cara de la misma moneda nos dice que se requieren grandes cantidades de energía para depurar y distribuir el agua.

Casi 6 por ciento de la electricidad de los EE.UU. procede de centrales hidroeléctricas; instalaciones que captan la energía natural almacenada en el torrente acuífero y la convierten en electricidad. La energía hidráulica ha estado presente durante miles de años (su uso original era moler cereales en pequeños molinos).

Pero hoy en día, las grandes represas asociadas a la producción hidroeléctrica están en el punto de mira puesto que alteran los flujos naturales y la calidad del agua.

En la mayoría de países desarrollados, existen sistemas muy elaborados para tratar y transportar el agua a nuestros hogares, campos agrícolas y fábricas. Todo este bombeo y desinfección, especialmente del agua salada, puede requerir un enorme consumo energético por lo que se necesitan ingentes cantidades de recursos no renovables, como el carbón.

Comprender el nexo entre la energía y el agua puede enfatizar nuestra dependencia de ambos recursos y encauzarnos en el camino del ahorro y la conservación.

La crisis y los cambios climaticos

Con marcas de viruela, hambrunas e inflación, el siglo XVII en Europa estuvo envuelto en una verdadera crisis global. 

Para los historiadores, las penurias de esta época fueron desencadenadas entre otras cosas por el paso del sistema feudal al incipiente capitalismo, y un pequeño cambio global conocido como “la pequeña glaciación”.
La pequeña glaciación arruinó la producción del sector de la agricultura, dato que algunos historiadores utilizan para sustentar la teoría de que los cambios climáticos tienen un estrecho paralelismo con las grandes crisis económicas mundiales. 
En la Europa pre industrial, todos los países eran mayoritariamente agrícolas, y como cita David Zhang (autor del estudio, universidad de Hong Kong), “En las sociedades agrarias, la economía estaba supeditada en todo momento a los factores climáticos. 

El estudio, se encargó de analizar el clima de la época, así como otras variables, como la producción agrícola de la época, las guerras y cambios políticos, los movimientos demográficos, precios de los alimentos… 
El equipo de Zhang habló de los efectos que tuvo la “mini glaciación” entre 1560 y 1660, tal como el incremento de las enfermedades y las hambrunas.
La Guerra de los Treinta años (1618-48) o la conquista Manchú de China, sustentan la teoría de que la temperatura no es la causante de las guerras, pero si el incremento del precio del grano, y con él, el de los alimentos esenciales. 
Con el cambio climático actual, los países en vías de desarrollo están en más peligro que nunca, pues sus economías de subsistencia se basan en un altísimo porcentaje de la población que trabaja en el campo y viven de la agricultura.

Fuente: nationalgeographic