Por Rubén Darío Cabral G.
La mejor definición de tener una buena alimentación se engloba en una “alimentación saludable”.
Tener una alimentación saludable no quiere decir evitar cierto tipo de alimentos ni mucho menos privarse de comer; comer sanamente significa comer cuando se tiene hambre y dejar de hacerlo cuando se está satisfecho.
Hay que entender que no existen alimentos malos, lo malo es consumirlos en exceso y no tener una combinación de alimentos, ya que todos cumplen alguna función y se complementan con los demás para llevar una vida sana.
Hay mucha y diferentes informaciones de todas las corrientes en internet sobre cómo debemos alimentarnos, el sobrepeso, la inclinación hacia la comida chatarra, los excesos y las enfermedades causadas por una mala dieta.
Lo mejor para prevenir una mala alimentación es empezar con la educación de los padres hacia los hijos, enseñándoles la cantidad correcta que deben consumir de cada alimento y fomentar la realización del ejercicio, no dejarse llevar por los comentarios de otras personas que no sean expertos en el tema de la alimentación.
Debemos saber que la comida “es el combustible” a través del cual obtenemos energía “que nos sirve para reparar el organismo”. Obtenemos todas las sustancias necesarias para el buen funcionamiento de las células, tejidos y órganos de nuestro organismo, ya sean hidratos de carbono, lípidos, proteínas, minerales y vitaminas. Estos intervienen en diferentes funciones del cuerpo y la falta o insuficiencia de algunos de ellos altera o destruye la fisiología normal de las células.
Alguien dijo que se estima que un 30% de los casos de cáncer en el mundo se generan debido a una mala dieta; la cual, además, puede afectar a otros aspectos como el desarrollo funcional de todo el organismo.
Por ello lo primero es controlar la cantidad adecuada de alimentos, y lo segundo que sea un estilo de comida saludable, es decir, rica en frutas y verduras”, como también es necesario ingerir carnes y hortalizas. Con ello tendríamos una dieta equilibrada y variada que es lo ideal.
Por supuesto que no solo eso contribuye a la salud, porque de nada sirve alimentarnos fantásticamente y olvidar lo importante que es el descanso, el equilibrio emocional, hacer ejercicio físico, no consumir drogas o tóxicos, y otros.
Las ventajas de tener una buena alimentación y una de la más importante además de prever enfermedades como la hipertensión arterial o la diabetes, es no sufrir de sobrepeso, que desencadena una serie de males en el corazón cerebro e hígado y también ocasiona que nuestro cuerpo muestre señales de envejecimiento más rápidamente.
Así que proponte iniciar ya mismo un mejor estilo de vida cambiando tu mala alimentación y acude al médico para prever y controlar tu salud.
El Autor es medico clínico y cardiólogo clínico. Trabaja en el Hospital Regional de Concepción y en Sanatorios privados