Hablando un poco de “algunas cosas” Por Carlos Martínez

Si las papas queman, las cebollas sirven, aunque sea para sacar lagrimas de los ojos, pero no la del alma.
Cuantas cosas le falta a Concepción, y quién le pone el cascabel al gato en este caso?
Si el Señor Intendente habla de: “tengo ganas de hacer las cosas”, pero no hay dinero; el Señor Gobernador se pasa llorando por la descentralización; el Señor Pdte. de la República ni acuerdo tiene sobre el tema.
Me  pregunto entonces, a quien le lloro porque algo se haga dentro de esta ciudad que ya no se baña en el rocío que larga al espacio los ríos Paraguay, Ypané, Aquidaban y Apa solo se baña con basuras, desechos y animales muertos.
Esto me hace llorar, porque Concepción del Paraguay tiene mucho para mostrar a propios y extraños, dentro de lo que hace a la industria sin chimenea o “EL TURISMO”.
Solo por citar algunos ejemplos, tenemos un extenso museo al aire libre por una de las avenidas más importantes de la ciudad, las playas del rio Paraguay y otros afluentes, el poderoso arroyo Tagatijá, el museo histórico, las casas de épocas coloniales, los distintos monumentos diseminados por la metrópoli, el histórico puerto que sirvió de largada al gran nadador nacional Luis Gilberto Ruiz para batir record de natación y tantas cosas más.
Pero las autoridades no ven tanta maravilla y pareciera que no toman en serio a esta nuestra querida Concepción, porque seguimos creyendo que la luna es queso aunque estemos viviendo como perejil en maceta o sardina en latas.-
Espero que la última semana santa pasada en este año, haya sido de reflexión entre las autoridades y todas las familias, y se pueda encontrar una paz espiritual que necesita cada miembro del hogar de esta querida patria, que sea un cristianismo real y que los errores que se han cometido pueda ser la virtud del mañana, solicitado las disculpas a las personas a quien se lo dañó y el pedido a nuestro PADRE OMNIPOTENTE el perdón por la falta que se hizo en contra de sus leyes cosas que ocurren con cada transcurrir de minutos o segundos.

El caos "callejero" nuestro de cada día. Por Dr. Ruben Dario Cabral G.

Recorriendo muchas ciudades grandes y pequeñas del interior de nuestro país, uno se da cuenta del grado de “conciencia” y modernismo que alcanzaron.

Concepción tiene un fenómeno social muy particular dentro de la república, que lo está sufriendo actualmente, del cual le es difícil despojarse, las costumbres de antes.
Hay que tener en cuenta que estamos en otra época. Si queremos considerarnos una ciudad grande, debemos adecuarnos a lo que conlleva los cambios que nos exigen el modernismo. En este momento consideraremos solamente lo referente a lo que se ven diariamente en nuestras calles con relación al tránsito, como ejemplos bastan algunos.

Concepción tuvo un gran auge últimamente con el aumento a gran escala en la cantidad de vehículos, ya sean automóviles o en mayor cantidad motocicletas.
Estamos acostumbrados a caminar en la calle, donde los vehículos circulan, hablando normalmente con el acompañante como si fuera en la casa o en la vereda.
Nos habituamos a prestar nuestros vehículos a menores de edad, y peor todavía a nuestros hijos, sin ver el peligro a que están expuestos. A dejar simplemente estacionado en cualquier parte de la calle, a 2 o 3 metros de la vereda sin considerar que hay otros que circulan, total solo es “por un rato”. Y en ese “rato” ya pueden pasar tantas cosas.
Andamos sin casco normalmente, sin tener en cuenta los peligros que adquiere circular por nuestras calles hoy día, y a velocidad de ruta en la ciudad, y si la calle esta pavimentada ni hablar. Entrar en contramano, sin vergüenza alguna, total nadie controla o no hay policías de tránsito. Ni pensar en decir algo a los conductores, porque es para pelear o discutir., pues son los más enojados, como si no tuvieras derecho a decirle nada.
En el asfaltado, transitan lentamente por la vía rápida cerrando el paso a vehículos que adquieren más velocidad, como coches, camiones de gran porte, colectivos, etc. Ni hablar de los que salen en las avenidas y calles preferenciales sin mirar siquiera que vehículo circula o que velocidad lleva.

Abundan los conductores que no conocen mucho de leyes de tránsito.

He aquí la situación particular de nuestra ciudad. Y debemos recurrir nuevamente a la conciencia ciudadana del que habla tanto las autoridades.
Debemos tener en cuenta que miles de turistas visitan nuestra ciudad, gentes de todo tipo de cultura, y de distintos países del mundo, y a ellos les estamos mostrando nuestros avances, en todo sentido. Son los que vienen a ver como somos y los que dirán en sus países lo “avanzado” que somos.
Es momento de ir cambiando de óptica, y que las autoridades también reaccionen, que la policía municipal de transito que finge más bien de “vigías” callejeras diarias sin intervenir en la sanción verbal, multas y educación a esos ciudadanos inconscientes.
Deberían ser más intervencionistas e imponer las leyes de tránsito como debe ser en una gran ciudad como la nuestra. Dejar de ser tan permisivas en las faltas que se cometen continuamente.
Debemos cambiar la política “permisiva”, de “amiguismo”, de inacción, de pasividad por parte de las autoridades y los brazos ejecutores de las leyes, acorde a lo que es nuestra ciudad, considerándonos una de las más grandes del Paraguay, y ser ejemplos de otros municipios. Claro que también depende en gran manera de la mentalidad de los ciudadanos, por ello recurro a este medio a fin de sensibilizarlos.